jueves, 25 de junio de 2015

De esto que... (VIII)

De esto que te pones a desmontar el sistema de riego automático casero que montaste hace unas semanas, porque quieres recuperar el cubo de fregar que hace de depósito de agua, pero sales al balcón y decides que las persianas están demasiado sucias. Así que te pones a limpiar las persianas y, aprovechando el tiempo, dos lavadoras. Un par de horas después, con las persianas relucientes, decides atacar, ahora sí, el sistema de riego automático y barrer y fregar el balcón, aunque no tienes cubo de fregar, claro. Así que coges el teléfono y “Mamá, ¿me dejas tu cubo de fregar?”. Tu madre no puede ocultar su sorpresa por esa petición tan extraña, pero te trae su cubo y su fregona. “¡Pero si ya tengo fregona”, dices. “Por si acaso”, responde ella misteriosamente. ¿Por si acaso qué? Total, que te pones a barrer y fregar y, oh sorpresa, el palo de tu fregona se parte a la mitad. Este era el porsiacaso, claro. Total, que desmontas el sistema de riego y descubres que el cubo está tan lleno de algas y porquería que mejor le hace compañía en la basura al palo roto de fregona. Con el balcón impoluto, empiezas a ordenar las plantas: los fresales que casi no dan fresas, los pimientos que no son la variedad que querías, las zanahorias que sólo crecen en un lado de la maceta y los tomatitos cherry que son más grandes que los tomates de ensalada (EL tomate de ensalada). Pero bueno, miras tus plantas, orgullosa, tan ordenaditas y bien colocadas, y miras el palo roto de fregona y el cubo que ha adquirido un curioso color verde y piensas que, a pesar de todo, la tarde te ha cundido mucho. Y porque no tienes thermomix, que sino también hubieras hecho unas croquetas.

En las fotos, pimientos inesperados, el tomate de ensalada y tomates cherry gigantes.





2 comentarios:

  1. La mamma bruixa jajajaja. ¡Qué risas!
    Puedes hacer un libro de tus plantas y tú. Anda que no tienes historias.

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