lunes, 25 de marzo de 2013

Por las costas catalanas

 Como ya conté por aquí, antes de irme al monasterio italiano, estuve unos días de road movie.

Cinco días. Cuatro noches en cuatro ciudades diferentes. Casi 800 km.

Barcelona. Tarragona. El Port de la Selva. Roses. Llançà. Palamós. Girona.

Y, en medio, un rato de ocio en el Cap de Creus.

Fueron días largos, intensos, cansados. Fueron días buenos, en los que todo salió a pedir de boca. Días de reuniones, de reencuentros, de planificación de nuevos proyectos.

Me gustan las road movies, sí. Definitivamente me gustan. Aunque tenga que disfrutarlas sola.






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