viernes, 25 de enero de 2013

Luchando contra los dementores

Los hospitales son como los dementores: absorben toda tu energía, tu alma y te dejan vacío.

Odio los hospitales.

Esta semana he pasado más horas de las deseables en uno. Aunque no era enferma, sino acompañante, el efecto de los hospitales en mí es el de los dementores: me dejan vacía. Intento invocar a mi patronus para evitar ese efecto, pero no aparece.

¡Expecto Patronum!

Nada.

Han sido unos días largos.

Ha hecho mucho frío, ha llovido mucho e incluso ha habido alguna tormenta espectacular que ni he sido capaz de disfrutar.

Y sé que no me debería quejar, no ha sido nada, un susto y ya está.

Pero esa ruptura abrupta de la rutina, ese tener que detener tu vida repentinamente, tus planes (viaje de placer incluido), me desmorona, me descoloca totalmente.

Sólo te das cuenta de lo maravillosa que es la rutina cuando te ves obligada a interrumpirla abruptamente.

Y esa sensación de vacío, de desolación, de tristeza, de cálida frialdad que me dejan los hospitales me impide sentir nada más. Ni rabia por haberme perdido un viaje que hacía meses planeábamos; ni tranquilidad por saber que no ha sido nada; ni felicidad por pasar horas y horas allí, charlando, leyendo, viendo la tele o jugando a las cartas; ni ilusión por reengancharme al viaje para disfrutar al menos de una parte.

¡¡Expecto Patronum!!

Que no.

Sólo quiero dormir. Acurrucarme en mi cama de sábanas de franela, en mi sofá naranja tapada con mi manta verde. Quiero dormir y que el mundo allí fuera se pare. O mejor aún, que siga girando sin mí. Total, si ha podido hacerlo durante 3 días, podría seguir haciéndolo siempre, ¿no?

Igual esto me sirve para curarme de mi síndrome de la bandeja de entrada vacía (esa incapacidad que tengo de irme a dormir dejando algún correo sin leer): tengo más de 50 correos pendientes de leer en la cuenta del trabajo. Y no los leo porque sé que no los voy a responder, ni hacer nada con ellos: estoy sin energía.

¡¡¡Expecto Patronum!!!

Nada, no aparece.

En la foto, árboles, carril bici y lluvia, mientras intentaba invocar a mi patronus, desde una habitación de hospital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario