martes, 29 de enero de 2013

“Aleta” de Christopher Moore

Este es el primer libro en papel que me compré después de tener el libro electrónico. Estaba yo tan feliz en el aeropuerto, de camino a Croacia, orgullosa de llevar mi libro electrónico que abulta y pesa taaaan poco, cuando de repente lo vi y dije “Lo tengo que comprar”. Y lo compré, claro. Así que viajé con mi hermoso libro electrónico y con un hermoso libro de papel recién comprado que ocupa (y pesa) cuatro veces más que el anterior.

Me llamó la atención la portada, la ballena y que hablara sobre científicos marinos estudiando ballenas, así que fue inevitable comprarlo [*]. Luego me di cuenta que la cola de la ballena de la portada lleva escrito “Que te den” y me dejó un poco desconcertada. Y más tarde, leí que el autor escribe con mucho sentido del humor y es muy gracioso y blablablá, así que realmente no sabía a lo que me enfrentaba.

La novela trata de un científico que estudia las ballenas, tratando de averiguar por qué cantan las ballenas jorobadas, cuál es la finalidad de su canto. Es una novela extraña. La primera parte mezcla la realidad de lo que es la investigación científica y el amor a la naturaleza con personajes, situaciones e historias divertidas, surrealistas, incluso algo absurdas. Un buen día, el protagonista cree ver en la cola de la ballena las palabras que aparecen en portada “Que te den”. Hasta aquí la historia es curiosa, entretenida; pero en el momento que una ballena se come al protagonista… Bueno, aquí la cosa ya se desmadra. Lo que parecía una novela de humor más o menos logrado y casi de divulgación científica, se convierte en una historia de ciencia ficción, también divertida, sí, pero saltando de lo absurdo a lo cruel y, digamos, profundo sin apenas parpadear. A ratos la novela me ha recordado a “Solaris” de Stanisław Lem, aunque sin llegar a su dureza y claustrofobia, pero sí a algunas de sus mismas reflexiones sobre qué es la vida, el poder de la mente y la posible existencia de criaturas (o entes) inimaginables (o casi) para nosotros, además de la lucha entre genes y memes

La historia está bien, me ha resultado bastante entretenida, pero no me esperaba que fuera así y eso me confunde. Además, tiene algunos errores de traducción tan obvios que me hacían chirriar los dientes, como traducir “sperm wales” por “ballenas de esperma” cuando en realidad debería ser “cachalotes”. Joer, no hay que ser biólogo para saber eso, basta ir a wikipedia. También algunas de las bromas, chistes y ocurrencias me han hecho bastante gracia. Otras sencillamente eran tan absurdas y fuera de lugar que sobraban. Me ha confundido un poco esta novela: no sé si es de divulgación, de humor o de ciencia ficción. Intenta ser un poco de todo y a ratos lo consigue, pero le fallan algunas cosas para acabar de ser una historia más redonda y que enganche. Resumiendo: pasable.

[*] Eso es una cosa que echo de menos en el libro electrónico: las portadas. Y ojearlos. Saber lo largos que son por el volumen, no por el número de páginas con el que nunca te haces una idea clara de lo gordos que serían si fueran de papel. Y la textura del papel. Pero bueno, tienen otras ventajas los libros electrónicos, ¡claro!

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